La sociedad consumista lo plastifica todo, arrasa los símbolos de las comunidades para sustituirlos por meros objetos de compraventa.
Algunas épocas del año como la Navidad son manipuladas para convertirlas en una exaltación del despilfarro y otras épocas, como la Cuaresma, son enterradas bajo el olvido porque no interesa para el consumismo. A fin de cuentas, ¿qué puede ser más contracultural al consumismo y al individualismo que la Cuaresma?
-La Cuaresma es Más que una obsoleta imágen tenebrista del ayuno y la abnegación.
-La Cuaresma es Más que la mera costumbre de renunciar a la carne.
-La Cuaresma es Más que actitudes cenizas, colores morados y el sabor agrio de la fatalidad.
-La Cuaresma es Más que la injusta imagen que nace de ella un desierto de cuarenta días de pena y humillación.
Una reflexión sobre los pecados capitales: